escribiré á Fertwgal,
y diré & Junot que venga.
M. ¿V por dónde lia de pasar?.
Si Íri9 tro|)as portuguesas,
unidas con los paysanos
tienen una cerca hecha,
y lió le dexan salir
por las muchas centinelas
j avanzadas que  han dis-
puesto
poner en aquella tierra;
y se verá precisado
á rendirse q o ando Tea
que los comestibles faltan,
y llevárselos no puedan.
K. Con que no hay ningún re-
medio ?
M. Uno Señor solo queda.
N. Y qual eaese Murat ?

Di nielo no te detengas.
JVI. El enviar & Fernando
eon amor y con grandeza,
sino podemos temer
que algún trabajo nos venga,
él es su Rey verdadero,
á él todo español venera,
por él se han sacrificado
con la mayor complacencia,
y siempre que vmd. Je envié
pueda ser que esto les mueva
a compasión, y se apiaden
de la posesión francesa,
que sino, de lo contrario
no habrá ciudad que no «ea
asolada en pocos dias
cu toda la Francia entera,

O» arrojarán del trena,

«os cortaran la cabeza,
y á mi vendrán á quita
el ducado de las Berzu.
y si escapamos primero
.que estas cosas nos se^
«ios tendremos que poner
á limpiar las chimeneas,
que á mi ya se me ha ol»¡
pero vm. como maestro
se acordara alguna eos»
para subirnos por ellas.
N. Que pensamientos tan mi
han tenido , y que baxeza¡
quién piensa lo que ha pjr*
y de esas cosas se acuerdar
M. Pues si á vm. no le acó
iremos por lexas tierras
exerciendo otra oficina
que es de mas brillanteesfi
diciendo por las ciudades
quien quiere comprar tijera
abanicos, alfileres,
hilo fino y blonda negra,
pasando asi. nuestra vida
porque muy poco nos resti,
que -el leou enfurecido
destrozará con noble»
á el águila qsje atrevida 1
quiso rapar con vileza
Jos tesoros de la Eepafl»
sin tener dominio en ells,
prueba que dá testimonio •
quettO «ir ven nuestras fuersu
y aqui el poeta suplica
perdonen todos á Puertas.

Reimpreso en Buenos-Airrs , En fe Imprenta de Niños ExpésüW-

Año de IbOS,

QUE UN CHISPERO DE MADRID

ESCRIBIA A NAPOLEON BONAPARTE

EN 13 DE JUNIO DE 1808,

EFIRIENDOLE LAS AVENTURAS
de sus tropas en aquella Corte.

Murió ya la madre que las parta»

Gñor fanfarrón , señor matasiete, señor perdonavidas,
or baladron i señor espadachín, seo guapo, seo Bo-
>arte, ó calabaza, que es lo mismo: ya que no tuvo
i. espíritu para venir á presenciar la tremenda mari-
orena que tuvimos en esta corte el dia z de Mayo , con
zarrapastrosa y miserable gavilla de rateros, rapiñado -
; que defienden á vmd.; y ya que, gracias á Dios,
de yo librar mi pellejo, le contaré a vmd., (aunque
parezca que no viene al caso) algunas de las casillas
e el engolletado , el casquivano, el faramallero , el
ntastico , y el desenfrenado garañón de Murat, 6 mu-
dar como le llamamos por acá-, se habrá dexado en el
ntero al dar parte á vmd. de tan sonada sarracina « entre
despilfarrada tropa, (como llevo dicho) y nuestro
"lado exercito chisperal; pues señor, vaya de cuento:
biendonos querido comulgar con ruedas de molino , el
sodicho agente zurcidor de voluntades, y correbeidile
vmd. (con su acuerdo , y el de otros muchos picaros
e comen'pan ) para encavarnos encima de las costillas
» alvarda muy pesada , y no siendo nosotros ni ningún/

2

buen español, gente que sufra pulgas agenas; se nQ|

subió el humo á las narices, nos arremangamos los bratot.
metimos mano á nuestras escopetas , á nuestras pistolas, j
nuestras espadas, a nuestros' mondadientes de Albacete'*
algunas hachas de partir leña , y sin mas acá ni mas allá,i¡,
decir hoste ni moste, y en un quítame alia esas pjj¡,
nos encaxamos de trompón t encima del alma de los i¿
ñores vencedores de Austerlitz y Jena , y de los que u.
carón a vmd. de apuros en tantas batallazas, con qU(
vmd. nos quería engatusar y soplar la batata , y ainqu{
ellos no quieran confesarlo, lo cierto y seguro es, qU(
los zurramos bien la badana. La culpa se tienen el 'os, j
los que se fian en vm., porque se ha visto por esperüeg
cia , que a quantos se han puesto en sus manos, que a'i
larga ó á la corta, siempre les ha salido la ga"g» capaJij
pero {no les ha de salir si no mira vmd mas que por
el numero uno? No cortemos el hi'o vamos ai grano,
pues como digo de mi cuento, asi que vi a mi maestio
el tío Chamberga , en las parras del lobo dixe para n.¡;
¡castañas! ¿esas tenemos? Y sin saber como ni como no,
rompo para la turba multa, arremeto como un toro al
perillán, que le iba á hacer la mostaza , agarróle bien por
los cabezones , y sin decir agua va , le sop'o por el gaño-
te una mojada , tan á mi satisfacción , que en un sarti
amen, y como quien no quiere la cosa, le dexé en el suelo
despatarrado, como una rana , i y que sucedió despuní
que el tío Chamberga , como es hombre de pelo en pecho,
y por nada se acoquina, ponese hecho un demonio,
apechuga con toda la canalla que se le pone por delante,
empieza ¿tirar tajos y reveces, á este quiero á esteno
quiero, la verdad sea dicha, no dexó títere con cabeza,
y de ellos, el que libró mejor, salió tan completamente
magullado, que quedó de pies á cabeza mas blando quí
una breva. Lo que decian aquellos atufados , y estropea1
disimos campeones, no lo pude entender, porque ri-
tiendo su chapurrada xcrga; pero les hoí repetir á ta

tas tristes y descompasados gemidos , los hof refunfuñar
de lo lindo, y los vi hacer unos gestos, y unos visages
tan estrambóticos,  que parecían á los que hacen los
ahorcados quando les aprietan el pescuezo.  Por parte
me daba lastima , y por parte tentación de risa, al ver
i un monseur, de la hermandad de las uñas largas, con
el bandullo de fuera , revolcándose sobre otros lobos de
su misma carnada , y despidiéndose de este mundo echan-
do mil pestes contra vmd.: á otro , apretándose los chiw
hones y abolladuras que le hizo la culata de una esco-
peta: á otro, buscando media cara, que le rebanó una
hacha de partir leña: a otro yendo á la rastra , porque
'o» pedazos de plomo, bien indilgados, le hicieron des-
renderse de las dos piernas, que le traxeron á matar es-
añoles: á otro:::: pero dexemas esto, porque no diga
md. que soy un majagranzas de primera clase, y vamos
concluir mi relación con lo que sucedió á mi amigo el
io Cascajo, para que acabe vmd. de regodiarse y rela-
erse. Pues, señor, este pobre albañil, á causa de sus
ontiruas zangarianas, hace muchas Navidades que está
uy flojo de piernas; pero como tiene mucho amor á su
atria, y no puede ver las maldades qu: vmi. hace, ó
ueria hacer con ella, sacó fuerzas de flaqueza, y echó
mbien su capa al toro; mas no bien hubo empezado la
hamusquina , quando étele que cae circuncirca de las herr-
aduras de un caballo, que llevaba encima de sí , á uno de
os soldados del nuevo cuño, que vistió vmd. de cora»
(tos, el qual, si he de decir lo que siento, se me figuró
n verdadero tetrato de D. Quixote de la mancha , pues
Jta su rocín estaba tan desmirriado, que parecia una
rdina con patas de alambre. El tal caballero de la triste
uta, ó desfacedor de entuertos, quiso embestir á mi
uerido Cascajo, mas quando iba á dar sobre él, le hi-
eton mudar de pensamiento dos primorosas banderillas
f fgo. que planté debaxo de la cola á su semietico ro-
yate: asi que se vió este tan engalanado y favorecido,empieza i respingar, y I dar saltos de carnero; arroja e|
ginete por las orejas: déxale en el suelo descoyuntado
tocando tabletas, y abultando como un perro, y sin maj
ni mas, torna el portante mas que de paso, brincando
sin cesar, y tirando coces porque no se podia rascar
donde le picaba. Por fin salió sano y salvo el tio Cascajo
quedó muerto del zaparrazo el J>. Quixote, y ensartado!
en mi tizona (como pollas en azador) tres enfurruñado!
y furiosos compinches suyos que venían á defenderle. Sí
amigóte de vmd. el cascaciruelas de Murat, quando está-
bamos, la gente de la cascara amarga, agarrados de firme
con la gentuza de sn mando , estaba (según se supo des*
pues) como quien vé visiones, metido debaxo de siete
estados de tierra , y tan muerto de miedo , que se le baxo
toda la sangre á los zancajos. Yo le aseguro á vmd., que
sí el tal principe de cocina hubiera caído en mis manos,
ó en las de algunos de mis camaradas , ya le hubiéramos
pegado un chincharrazo , qne le hubiera hecho ir antes
y con tiempo á las calderas de Pero Botero , á reci-
bir el galardón de los beneficios que nos ha hecho , y i
disponer la habitación para vm y todos los de Su pandilla)
pero no tenga V. M. I. y Real cuidado, que pronto leí
llegará á vrrtds. su san Martin , y si no hubiera sido por
que el cerote que tenia el desarmado principe del estro-
pajo , le hizo valerse de enjuagues, andróminas y enga-
ñifas , para que nos cortaran el revecino, á la hora de
esta, ya estaría harto de haberse calentado (con toda la
morralla que le defendía) en los braceros de satanás; pero
los satélites de éste , ¡qué tizonazos le han depegar á vm,
quando le echen en la zampa, por haber sembrado tanta
zizaña con sus papetejos; por haberse metido a cuchare'
tear en negocios ágenos y delicados, y en fin por serla
quinta esencia de los malvados y arrastrados, que sel»'
paseado y se pasearán por el mundo ! •

Ya me parece que astoy viendo á vmd. leer esta ni
carta , y poner la cara de color de azufre; desencajar 1*

i arrugar la frente*, inflamar las narices; ponerlos
ios como garabatos de candil, abrir la boca , querien-

...      _   ■?___3L_ __a.___J _    J___L- ____i___..        . .

Ljoi k.v«»" —  o------ — -------»   *■ -—  ------■» T---■■ ■"

JC jpgullir a España, y pateando de rabia porque hasta
cente de escalera abaxo se le sube a las barbas; pero
tico, no tiene vmd. mas remedio que aguantar la me-
j  ya que tiró el diablo de la manta, y se descubrió el
stel, tenga vmd. entendido, seo archipámpano bergan-
que en mi nación murió ya la madre que las paria,
mo dice mi texto; que no nace ningún español sin
gotes, y que aquí no nos mamamos el dedo. El haber
do los españoles prudentes, humanos y generosos, ha
ido margen á que nos tenga vmd. por zopencos y za -
ácueos, pero jqué bravo chasco se-va vmd. á llevar!
sino al tiempo doy por testigo. Sepa vmd. que por
jpj calendarios que haga, paseándose, de arriba a baxo,
\ot los salones de su palacio, devanándose los sesos, y por
is consultas que tenga, con esos quitapelillos y lagots-
s de su misma calaña ( que continuamente  le rodean,
cnandole la cabeza de viento) y por mas que proyecte
iquine contra nosotros, y contra las demás naciones,
ue saben del pie que eogea; no dexará vmd. de salir
empre con el rabo entre las piernas.

Sepa vmd. también, que aun murieron en el susodi-
ho Zipizape, y poco menos que atraicion, Antoñueío

I legañoso; el tio Pingajos, el tio Potrilla, el tio Coc-
hifrito, la tía Tiritaña , la tía Tarángana, y su herma -
a la tía Taravilla ; ha quedado una infinidad de gente
el bronce, que tiene el corazón bien puesto; á saber:

II tio Piruétano, el tio Sacatrapos, el tio Carlancas,
Aforras el barquillero, el tio Ladillas, el tio Zampona,

su muger la tia Rascamoños, la tía Rechupete , y su
narido al tio Tizones, la tia Taparrabos, y su hermana
Istia Sanguijuela, la tia Sandunguea, y su marido el tio
Cosquillas; y sobre todo , nuestro famoso y nunca bien
ponderado capitán Cachiporra, con muchísimos millares
fe españoles de todas clases, que aman á qual mas suReligión , su Patria y su Rey,todos los que le harán
vmd. soltar, mas que le pese, la preciosa alhaja que
ha robado; es decir, á nuestro muy amado FernandoV|
con que restituyanos á éste, y todo lo demás buenoq
nos ha robado, y no sea vmd. tonto, pues lo demases
fuera de camino, y lo mismo que tirar coces contri
aguijón. Los franceses, y demás vasallos de vmd.,q
tengan caletre, quiero decir, les que piensen como ho
bres de juicio y de razón, no podrán menos de estar li
nos de disgusto y avergonzados, al verla pieza qisvi»
nos ha jugado; al ver que vmd. con su cabeza d* cij:
lito, les hace cada dia mas infelices, y sobretodo,
verse gobernados por un zurriburri, y emperador de ch
cha y navo, como V. M. I. y Real. Basta de coivus
cion , que bien le he calentado á vmd. las orejis; p?
concluyo diciendo á vmd. otra vez, que nos restituya
nuestro amado Fernando VII, y quanto bueno nos
arrebatado vm. Este es el único medio de que pueda V.
I. y Real sacar siquiera los pies del berengenal en que
han metiJo su ambición y sus marañas. Si no toma vmi
el partido de restituirnos tan preciosa alhaja , tiembl
vmd., muérase de vergüenza, y si su natural orgullo,!
hace tener á menos, el morir á manos de los que han
visto con horror las funestas consecuencias de las entru-
chadas, alicantinas y za!agardas con qje vmd- queri
cazarnos, tirase vmd. quanto antes u» pistoletazo,
santas pasquas. De este modo quedan todas las nacioia
en paz, vmd. se quita de ruidos y malos ratos v ev'ti
el verse hrcho el juguete y e\ domingiti,o de los que qji*
sieran verle ísito en aceyte , y uno de tantos e« é<te«
mas acendrado, y verdadero enemigo.=/s7 tío fontosi.

\ nK.raovW. *ut.aa   ( f»

FABULA ORIENTAL,

APLICADA

A LAS PRESENTES CIRCUNSTANCIAS.

Al partirse un mercader á países extranjeros á negó-
js de su comercio confió una bolsa de zequies á un der-
(que es especie de religioso mahometano ) á quiera
ítaba con amhtad, y creia hombre de bien. A la vuelta
su viage pidió el depósito al dervis, pero este le negó
berlo recib do: ocurrió el mercader al cadí ó juez de

[igion, quien le prometió que haría de modo que re-
arase su dinero. Vuelve, le dixo , á instar al dervis
buenos términos te resttsuya el depósito; pero no le
initíest-s que has estado conmigo , ni que yo sé este ne-
kcio, y mañana vuelve á verme.
Lo cxecu'ó a?i el mercader, pero en vez de recobrar
dinero , sufrió varias injurias de parte del dervis , y
rante esta alteración entio un esclavo del cadí con un
:ado al dervis, para que pasase á su casa. Fue al instan-
, y lo recibió el cadí con las mayores muestras de afee»
¡y consideración : le habió de varios asuntos , mrzclan-
I en su conversación los mayores elogios de la sabiduría
^rovidad del dervis. Quando conoció que lo habia aiu-
ialo con sus expresiones, le dixo: ** te he llamado pa-
darte una prueba de mi aprecio: un negocio del ma>
r interés me obliga á ausentarme de aquí por algunos
ses : no me fio de mis esclavos , y quisiera dexar de-
ntados mis tesoros en un hombre como tú : si puedes
:«garte de ellos , sin perjuicio de tus ocupaciones, te
'¡aré mañana á la noche mis alhajas preciosas, pero co-
1 este negocio requiere el mas profundo secreto , en-
gaté á mis esclavos que te las entreguen como regala-
•u Al oir esto le rebozaba la alegria , dió gracias al
i¡ por la cor.fianza que le merecía , le juró, guardar su
oro como las niñas de sus ojos , y se retiró tan lleno
gusto ccaio si ya lo tuviese en su poder.Al siguiente día vino el 'mercader y contó al cafl
tenaz negativa del dervtt s vuelve á su casa , le dix0
d'ile que me has de dar parte de su maldad. Al insta'
el mercader corrió á casa del dervis : al principio in$¡s •
en su repulsa , pero apenas oyó el nombre del cadí
restituyo su bolsa , riendo y diciéndole con el may
•grado a amigo {qué necesidad hay de recursos al cadj
tu dinero está seguro en mí , y el negártelo ha sido so
una broma para ver como la recibías.   El mercader
detenerse en reconvenciones, cogió su dinero , y fue
noticiarlo al cadi y darle las gracias»

Llega la noche, y el dervis se prepara para recibir
tesoro prometido : la pasó inquieto viendo que no pj
cían los esclavos del cadi. Al amanecer fue á casa
juez , y le dixo , que venia á saber con que motivo
le había enviado el tesoro. Porque he sabido , respond
por un mercader honrado, que eres un pérfido, y te c
tigaré con la mayor severidad si vuelven á dar contri
quejas de igual naturaleza. El dervis le hizo una profun
reverencia, y se marchó sin replicar palabra.

Bien claro se dexa entender, que el tal dervis, q
baxo apariencias engañadoras se ha apoderado de casic
el dinero de los gobiernos de Europa hasta en cantid
de cerca de nueve millones, de que se dará después notid
individual, el tirano Bonaparte,quien ha extendido suw
bos á los estados mismos de los Rryes,yaun sus persona:
de los individuos de la Real familia. Ojalá que las potenc'
respetables de Europa llegen á conocerlo, y ya que
los medios de astucia que el cadi, no puedan hacerle r
títuir quanto ha usurpado, lo obligen con la fuerza de
armas. El interés que de ello se le sigue es evidente. ?Q
puede contar no experimentar igual suerte que los R<y
de España, como se fie de sus palabras y aun de su< t
tadot ? Apríndan en su exemplo la conducta que d<
observar. Nadie que discurra la duda de su ilustada polit'-

Reimpreso en Buenas- Ayrts: Imprenta de Niños ExpfaiM*

GÁZE^TA   DE ZARAGOZA

DEL MARTES 16 DE AGOSTO DE 1808.

REYNO  DE ARAGON-

': v.'.
b sb

DZaragoza 16 de Agosto.
Espues de haber apurado los franceses los medios de
apoderarse de Zaragoza con la guerra de la fuerza , y con
la de la cobardía , es deqir , con la flor de sus tropas , y
con las mentiras de sus papeles y proclamas , dexando
caer en el campo ejemplares de la soñad» constitución de
España , y reyno de no se que Josef Napoleón , parece que
volvieron en sí , y trataron de dar el ultimo gol-pe y ven-
garse de la afrenta que recibían cada dia que se dilataba la
rendición de esta capital. Su despecho era el mayor ; por
espacio de 50 días se habían estado estrellando contra las
tapias de esta ciudad rodeada de cadáveres, y sangre fran-
cesa. Abierta , indefensa , desarmada , llena de una pobla-
ción grande , descansaba en medio de 15 ataques furiosos,
y ofrecía á los que la cotemplaban de lejos la vista de sus
hermosos edificios , y torres intactas.

ta ignominia que resultaba contra el exército francés
era patente : tres mil bombas y granadas , que arrojaron
principalmente los primeros días del mes de Julio , quin-
ce ataques que dieron en el discurso de este sitio , una
lluvia incesante de balas de cañón y fusil , con la que te-
nían en alarma continua á sus habitantes , las amenazas
que vomitaban en las cartas que escribían en tugar de de-
bilitar á los de Zaragoza , les servían de estimulo para
doblar su vigilancia y esfuerzo. No sabiendo á que parti-
do aplicarse , y no atreviéndose á contradecir al que des-
di Bayona mandaba fuese tomada Zaragoza , se determi-
naron á salir de una vez de tan larga suspensión , y poner
fin á este conflicto. Ya anunciaban hacia dias que baxaban
délas provincias, y reyno de Navarra regimientos de caba-
laría y de infantería, trenes espantosos de artillería, cen-
tenares de carros de municiones , bombas- y granadas que